Esta técnica se utiliza para abordar diferentes colores de tinta de tatuaje en función del espectro de absorción de luz específico de los pigmentos del tatuaje. Normalmente, el negro y otras tintas más oscuras pueden eliminarse por completo con láseres de conmutación de Q, mientras que los colores más claros, como el amarillo y el verde, siguen siendo muy difíciles de eliminar. El éxito puede depender de una serie de factores, como el color de la piel, el color de la tinta y la profundidad a la que se aplicó la tinta.